SALTA, 04/03/05

Expediente N° 2.504/05.-

RESOLUCIÓN CS Nº 039/05.-


VISTO las presentes actuaciones por las cuales los consejeros de la Agrupación PARES solicitan se imponga los nombres de los premios nobel “Carlos Saavedra Lamas”; “Bernardo A. Houssay”; “Luis Federico Leloir”; “César Milstein” y “Adolfo Pérez Esquivel”, a los Anfiteatros A, E, F, H e I de esta Universidad, y


CONSIDERANDO:


Que la República Argentina ha sido distinguida con cinco Premios Nobel; Tres de ellos vinculados con la Ciencia que fueron otorgados a Bernardo A. Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein y dos relacionados con la Paz a Carlos Saavedra Lamas e Ignacio Pérez Esquivel.


Que los mencionados son egresados de Universidades Públicas de nuestro país, prestigiando a las mismas y mejorando la calidad de su enseñanza -tan puesta de relieve por la juventud reformista cuando vaticinaba en 1.918 que el siglo XX sería el siglo del pensamiento, de la ciencia y de la universidad para acentuar el papel sobresaliente que ocuparía en esta última el laboratorio y el seminario.


Que a partir de los golpes de Estado, la educación ha sufrido paulatinos deterioros ante la poda de los recursos públicos destinados por alumno a la educación, donde las dirigencias parecen ignorar el papel estratégico que desempeñan los recursos humanos, la investigación y la educación superior para el avance social, cuando inducen al drenaje de cerebros o a lo que la ONU ha calificado como la marcha de los locos.


Que en los periodos del siglo pasado en los que se reivindicaron los postulados consagrados en la Reforma Universitaria de 1.918, se potenció el desarrollo de nuestras universidades públicas y gratuitas, la plena vigencia de la Universidad autónoma, cogobernada, con libertad de cátedra y concursos docentes, que permitió el desarrollo del conocimiento a niveles nunca alcanzados, influyendo no sólo científicamente sino también políticamente, planteando un desarrollo independiente en lo científico y lo tecnológico.


Que a través de este reconocimiento, nuestra Universidad busca aportar a la construcción de la memoria, rescatando del olvido las experiencias y las ideas, los hechos y las acciones que juzga y valora como significativas para su presente y el futuro que proyecta. En el marco de los objetivos que le son asignados a través del poder público, la universidad interviene activamente y de manera específica en la construcción de esta memoria colectiva. En su condición de espacio público en el que se procesa la incorporación de las nuevas generaciones al conjunto social, nuestra universidad opera como lugar de encuentro, de diálogo entre las diferentes generaciones, conjugando la preservación y la profundización de los fines y los valores que la sociedad, a través de la evaluación de la experiencia histórica de la humanidad y de la propia, reconoce como significativos en su presente y se propone transmitir a las nuevas generaciones.


Que la labor educativa supone una memoria colectiva y al mismo tiempo interviene activamente en su construcción y por ello se hace necesario recordar la fructífera labor y aportes a la ciencia y la paz mundial de estas personas, reseñándose a continuación una breve síntesis biográfica de nuestros premios Nóbel:

Luis Federico LELOIR:

Premio Nobel de Química en 1970.

Este extraordinario médico nació en París el 6 de septiembre de 1906 y falleció en Buenos Aires el 2 de diciembre de 1987. No obstante ser francés por su nacimiento, hijo de padres argentinos, vivió y desarrolló todos sus trabajos en la República Argentina. Se graduó en Medicina en 1932 en la Universidad de Buenos Aires después de haber trabajado como asistente en el Instituto de Fisiología de esa universidad. Trabajó en Inglaterra y EEUU y regresó en 1937 a Argentina, donde fijó su residencia definitivamente en Buenos Aires. En 1945, ocupó el cargo de director del nuevo Instituto de Investigación Bioquímica. A pesar de que el equipo y las condiciones del laboratorio, en la década de 1940 y a principios de la década de 1950, estaban consideradas como muy precarias, Leloir realizó con éxito experimentos que revelaban las rutas químicas en la síntesis de azúcares en levaduras. Esto resultó ser muy importante, porque rutas similares podían darse en una gran variedad de otros procesos bioquímicos, tales como la formación de paredes celulares en bacterias, la formación de polisacáridos y quitina (la sustancia que forma el exoesqueleto de invertebrados), e incluso la síntesis de glicoproteínas (un complejo de hidratos de carbono y proteínas) en mamíferos.

La genialidad de Leloir fue su habilidad para utilizar principios científicos básicos y establecer de forma muy cuidada experimentos, sin la ayuda de un costoso y complejo equipo y descubrir así nueva información acerca de los procesos químicos en sistemas vivos. El trabajo de Leloir sobre el metabolismo de glúcidos abrió el camino para muchos descubrimientos sobre cómo las células adquieren energía. Mencionar a Leloir es hablar de la historia grande de nuestro país. Este eminente e incansable investigador nunca buscó el halago o la notoriedad y siempre se lo encontraba trabajando desde muy temprano hasta entrada la noche en su laboratorio. Su único interés era el de realizar descubrimientos que fuesen para beneficio de la humanidad y cumpliendo su destino de sabio, entregó su invalorable labor a la ciencia sin pedir nada en retribución. La influencia del Dr. Bernardo Houssay sobre Leloir fue decisiva y la relación entre ambos continuó hasta el fallecimiento de Houssay en 1971.

Bernardo A. HOUSSAY:

Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947.

Fue un médico y fisiólogo excepcional nacido en Buenos Aires el 10 de abril de 1887 y fallecido en la misma ciudad el 21 de septiembre de 1971. Estudió en la Universidad de Buenos Aires, donde se licenció en farmacia en 1904 y obtuvo el título de medicina en 1911, donde comenzaron sus fructíferas investigaciones. Calificado como sabio de genuinos valores, Houssay siguió una línea ascendente en el cultivo y la profundización de las ciencias de la fisiología. Fue nombrado catedrático de fisiología de la Facultad de Medicina de Buenos Aires en 1919, donde comenzaron sus fructíferas investigaciones.

Los antecedentes de sus investigaciones se iniciaron con el descubrimiento de la insulina (la hormona ausente en los pacientes de diabetes), y el hecho de que quienes sufren acromegalia tienen tanto una glándula pituitaria hiperactiva como tendencia a padecer diabetes mellitus. Las investigaciones de Houssay llevarían a desvelar el papel que desempeñan las hormonas pituitarias en la regulación de los niveles de azúcar, o glucosa, en la sangre.

Comenzó extirpando fragmentos de glándula pituitaria en perros de laboratorio, y descubrió que sin el lóbulo anterior de la glándula, los animales se volvían más sensibles a la insulina. Por contraste, cuando se les inyectaba un extracto del lóbulo anterior, esa sensibilidad decrecía. Más aún, si a un animal que padecía diabetes se le administraban grandes dosis del extracto, su estado empeoraba y si se administraban grandes dosis a animales sanos, era posible inducir en ellos la enfermedad. La razón de esto era que el nivel de azúcar en sangre aumentaba.

Sus experimentos le llevaron a dos conclusiones. En primer lugar, el lóbulo anterior de la pituitaria desempeña un papel importante en la metabolización de los carbohidratos contenidos en la sangre, oponiéndose a la acción de la insulina; en segundo lugar, es posible controlar el metabolismo al equilibrar con mucho cuidado diferentes hormonas.

Houssay fue presidente de la Sociedad Argentina de Biología y de la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires. No obstante, su abierta oposición al nazismo, que apoyaba el gobierno argentino, llevó al presidente Juan Domingo Perón a destituirle de su cargo universitario. Con la ayuda de la Fundación Rockefeller, fundó su propio instituto privado, el Instituto de Biología y Medicina Experimental, y fue nombrado catedrático Hitchcock de fisiología de la Universidad de California en 1948. Tras el exilio de Perón en 1955, Houssay fue invitado a ocupar de nuevo su antiguo cargo.

Su nombre es respetado en todos los centros médicos del mundo, ya que se lo reconoce como un maestro cuyo único destino fue el de vivir para la ciencia y por la ciencia. Por ello no causó ninguna sorpresa que se le adjudicara el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947, compartido con los esposos Carlos F. Cori y Gerry T. Radnitz. En 1958 a sus instancias se crea el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.-


Carlos SAAVEDRA LAMAS:

Premio Nobel de la Paz 1936

Político y jurista argentino. Nacido en Buenos Aires en 1.878, se graduó como abogado con Honores en la Universidad de Buenos Aires y fue catedrático en las universidades de La Plata y Buenos Aires. Fue ministro de Justicia e Instrucción Pública y de Relaciones Exteriores. Decidido a que nuestro país desempeñara un papel importante en cuestiones internacionales, su participación fue decisiva en las negociaciones que pusieron fin en 1935 a la guerra del Chaco. Saavedra Lamas organizó y presidió, el Comité Internacional de Mediación que contribuyó a la firma del armisticio de este conflicto limítrofe entre Bolivia y Paraguay. En reconocimiento a su actuación, se le concedió el Premio Nobel de la Paz al año siguiente. De regreso a su labor docente, fue rector de la Universidad de Buenos Aires y presidente de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales. Falleció en 1959 en Buenos Aires.

Carlos Alberto Saavedra Lamas fue el primer latinoamericano galardonado con el Premio Nobel. Con su presencia, la Argentina ganó en protagonismo dentro de la Liga de las Naciones (antecesora de las Naciones Unidas), y consiguió establecer fructíferos vínculos diplomáticos con sus vecinos latinoamericanos.


Adolfo PÉREZ ESQUIVEL:

Premio Nobel de la Paz 1980

Defensor de los Derechos Humanos. Nació en Buenos Aires en 1931, artista y líder pacifista argentino. Escultor de profesión, estudió Arquitectura en la Escuela Nacional de Bellas Artes, y en la Universidad Nacional de La Plata.
Fue profesor de escultura en la Universidad de La Plata. Obtuvo varios premios en reconocimiento a su labor artística en 1942 y 1956. A partir de 1968, consagró su vida a propagar la no violencia y defender los Derechos Humanos: Se unió a un movimiento de seguidores de Mahatma Gandhi en 1971. Fundó el periódico Paz y Justicia en 1973, dando origen a un movimiento de igual nombre, que se extendió por todo el continente americano y del que fue secretario en 1974. La publicación se convirtió en la voz del movimiento pacifista en América Latina. Católico militante fundó en 1974 el Servicio de Paz y Justicia. En la definición de principios esa institución fijó como objetivos de su tarea "trabajar por alcanzar el respeto de los principios básicos de los derechos humanos a través de una política de no violencia". Expulsado de Ecuador en 1976,

Su enfrentamiento con la dictadura militar 1976-1982 le valió estar prisionero en las cárceles improvisadas en los sótanos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fue sometido a las más crueles condiciones de confinamiento. Estuvo encarcelado en Argentina de 1977 a 1978 y en libertad vigilada hasta 1979. Se le concedió el Premio Nobel de la Paz en 1980 por su lucha en defensa de los derechos humanos. Posteriormente, fue miembro del comité ejecutivo de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos.


César MILSTEIN:

Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1984.

Nació en Bahía Blanca, Argentina en 1927, completó sus estudios correspondientes a la Licenciatura en Química en 1953 en la Universidad de Buenos Aires. En su primer viaje a Gran Bretaña, trabajó en la Universidad de Cambridge en el análisis cinético de la fosfoglucomatasa y en la química de las proteínas, bajo la supervisión del Premio Nobel Doctor Frederick Sanger, en donde en 1960 recibió su Ph.D. Al completar su trabajo regresó a la Argentina donde fue designado titular de la División de Biología Molecular en el Instituto Nacional de Bromatología, cargo que desempeñó entre 1961 y 1963, año en que renuncia. Por auspicio del Dr. Sanger obtiene un puesto en Cambridge en el Laboratorio de Biología Molecular del Medical Research Council de la Universidad de Cambridge. En 1983 se convirtió en director de la División de Química de Proteínas y Ácidos Nucleicos de dicha Universidad. Milstein trabajó con el Dr. Georges Kohler y en 1984 compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por estudios realizados sobre células secretoras de anticuerpos o anticuerpos monoclonales.

Falleció en Cambridge el 24 de marzo de 2002.


Por ello, en uso de las atribuciones que le son propias y atento a lo aconsejado por la Comisión de Docencia, Investigación y Disciplina, mediante Despacho Nº 38/05,


EL CONSEJO SUPERIOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA

(en su Segunda Sesión Ordinaria del 3 de marzo de 2005)

R E S U E L V E :

Artículo 1°.- Imponer el nombre de “luis federico leloir” al Anfiteatro A de esta Universidad.

Artículo 2°.- Imponer el nombre de “BERNARDO HOUSSAY” al Anfiteatro E de esta Universidad.

Artículo 3°.- Imponer el nombre de “Carlos Saavedra LAMAS” al Anfiteatro F de esta Universidad.

Artículo 4°.- Imponer el nombre de “ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL” al Anfiteatro H de esta Universidad.

Artículo 5°.- Imponer el nombre de “CESAR MILSTEIN” al Anfiteatro I de esta Universidad.

ARTÍCULO 6°.- Comuníquese con copia a: Sr. Rector, Facultades, Sedes Regionales, Institutos de Educación Media, Secretarías, Coordinación de Relaciones Internacionales, Consejo de Investigación, Centros de Estudiantes, ADIUNSa., APUNSa., Direcciones Generales, Ministerio de Educacion de la Nación, Gobierno Nacional y Provincial y UU.NN. Cumplido, siga a Rectorado a sus efectos.-

RSR

FDO: PROF. JUAN A. BARBOSA – ING. STELLA M. PÉREZ DE BIANCHI

Expte. Nº 2.504/05.- Pág. 3/ 5